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Despersonalización: Cuando yo no soy yo

La despersonalización es una alteración de la percepción o experiencia subjetiva que nos hace sentir como si no fuéramos los protagonistas de nuestros propios sucesos, como si estuviéramos viendo nuestra vida pasar desde una perspectiva ajena. Esta sensación de desconexión con uno mismo puede ser extremadamente desconcertante y puede ocurrir cuando estamos padeciendo otros trastornos psicológicos, como por ejemplo, los trastornos de ansiedad.

Al igual que sucede con la desrealización, un fenómeno similar que implica sentir que el mundo exterior no es real, la despersonalización puede ser un trastorno difícil de entender para quienes no lo han experimentado. Además, debido a la naturaleza de sus síntomas, podría llegar a confundirse con algunos trastornos psicóticos, lo que puede complicar su diagnóstico.

Por ello, el objetivo de este artículo es proporcionar una definición clara de qué es la despersonalización, aclarar porqué se manifiesta en situaciones de elevado estrés emocional como los ataques de pánico, diferenciarlo de otros trastornos psicóticos con los que podría confundirse, explicar cuáles son las causas más frecuentes que pueden desencadenarlo y exponer cuál es el tratamiento más adecuado para enfrentarlo.

¿Qué es la despersonalización?

Según el DSM-5, el Manual Diagnóstico de los Trastornos Mentales publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría, la despersonalización se define como una sensación de separación o desapego de uno mismo. Este sentimiento recurrente puede manifestarse en diversas formas, dando lugar a una serie de experiencias que pueden ser desconcertantes para el individuo. La persona que experimenta despersonalización puede tener la sensación de ser un observador externo de su propia vida, en lugar de ser el protagonista activo de sus propias experiencias. Este fenómeno puede resultar en una sensación de estar desconectado de su propia existencia, como si estuviera viviendo en un sueño o viendo su vida a través de una pantalla. No es raro, por ejemplo, que las personas describan la sensación de estar viendo su vida desde una perspectiva en tercera persona, como si estuvieran viendo una película de su propia vida.

Del mismo modo que pasaba con la desrealización, es una alteración pasajera de la percepción. Los síntomas más comunes son los relacionados con los sentimientos de que lo que estamos viviendo no es parte de nuestra vida. Por ello, se llama trastorno de despersonalización porque las personas sienten que pierden su identidad. Las manifestaciones más comunes son:

  • Sentir que lo que nos está pasando es parte de un sueño.
  • Sentir que estamos observando nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestro cuerpo, etc. desde afuera, es decir, podríamos llegar a sentir que estamos siendo espectadores de nuestra vida.
  • Sentir que nuestro cuerpo está distorsionado. Por ejemplo, vernos las manos y/o los pies alterados en su tamaño.
  • Sentir que los recuerdos que tenemos no son nuestros propios recuerdos.
  • Sentir que somos robots o autómatas sin sentimientos y sin emociones.

Sierra-Siegert (2008) destaca que los síntomas de la despersonalización son: pensar que nuestro cuerpo no es nuestro, sentir que somos autómatas, tener la sensación de no estar presentes en nuestro propio cuerpo o sentir que nuestro cuerpo está distorsionado.

Se trata de una alteración bastante común ya que algunos estudios (como por ejemplo el de Burón, Jódar y Corominas, 2004) manifiestan que hasta el 70% de la población general puede experimentarlo alguna vez en la vida.

Cómo se manifiesta en un ataque de pánico y porqué.

La despersonalización, similar a la desrealización, puede manifestarse como un trastorno independiente conocido como Trastorno de despersonalización/desrealización. Sin embargo, es importante destacar que a menudo surge durante el desarrollo de otros trastornos. Algunos ejemplos prominentes de estos trastornos incluyen el trastorno de pánico, el trastorno de estrés postraumático, y otros trastornos disociativos.

Al igual que ocurre con la desrealización, en numerosas ocasiones, la despersonalización se reconoce como un mecanismo de defensa natural que emplea nuestra mente. En situaciones de estrés extremo, como durante un evento traumático, nuestra mente puede optar por “desconectarnos” de la realidad. Este fenómeno fascinante es un intento de nuestra psique para protegernos y minimizar, en la medida de lo posible, nuestro sufrimiento. Este mecanismo de desconexión puede ser visto como una forma de autopreservación psicológica en respuesta a experiencias traumáticas o abrumadoras.

Cuando la despersonalización se produce en el transcurso de los trastornos de ansiedad esta despersonalización no suele estar relacionada con el acontecimiento de un suceso traumático. Como sabemos en la ansiedad lo que ocurre es que vivimos como traumáticos sucesos que no lo son o que no son tan traumáticos como pensamos. Por ello, cuando estamos viviendo un ataque de pánico y nos ocurre la despersonalización nos perjudica más que ayudarnos. Nuestra mente piensa que sí existe un trauma y activa todos los mecanismos de defensa que tiene a su alcance, en este caso la despersonalización.

Es importante destacar que, la despersonalización puede aparecer hasta en el 69% de las personas que tienen trastornos de ansiedad (Burón, Jódar y Corominas, 2004). Se podría decir, por lo tanto, que es un síntoma bastante común en los trastornos de ansiedad.

Por ejemplo, imaginemos a una persona que experimenta una sensación de ansiedad intensa cuando se enfrenta a la necesidad de viajar en metro. Esta persona podría vivir los síntomas de la despersonalización durante su viaje. Imaginemos que, mientras está en el metro, comienza a percibirse a sí mismo como si estuviera flotando, como si estuviera observando su cuerpo desde una perspectiva externa. Podría percibir sus extremidades de una manera distorsionada, como si no fueran realmente parte de su cuerpo, o podría dejar de sentir emociones, como si estuviera desconectado de ellas. En este contexto, estas experiencias no serían adaptativas y podrían resultar muy perturbadoras. Además, esta persona, al empezar a experimentar estos extraños y desconcertantes síntomas, podría llegar a pensar que está perdiendo la razón, lo que a su vez podría intensificar su ansiedad. Al igual que en el caso de la desrealización, esta persona podría verse atrapada en un círculo vicioso de ansiedad y despersonalización, donde cada uno de estos elementos se alimenta y amplifica al otro.

¿La despersonalización puede ser similar a la esquizofrenia u otros trastornos psicóticos?

Como hemos mencionado anteriormente, cuando empezamos a percibir la realidad de una manera distorsionada, podemos llegar a pensar que estamos perdiendo la cordura y que estamos siendo víctimas de un brote psicótico o de algún otro trastorno psicótico. Este miedo a la pérdida de la realidad puede ser abrumador y generar gran angustia. Sin embargo, es importante subrayar, como ya mencionábamos en el caso de la desrealización, que existen dos diferencias fundamentales que nos ayudan a discernir entre una y otra.

En los trastornos psicóticos se presentan delirios y alucinaciones, que son alteraciones perceptivas de la realidad que el individuo vive como si fueran verdaderas. Sin embargo, en la despersonalización, a pesar de la distorsión de la realidad que se experimenta, existe una conciencia clara de que lo que está ocurriendo no es real. Esta conciencia de la distorsión de la realidad no está presente en los trastornos psicóticos, lo que acaba confirmando la presencia de un trastorno de despersonalización frente a un trastorno psicótico.

Trastornos de personalidad: tipos, síntomas tratamiento 4 Min Read

Causas de la despersonalización

La despersonalización y la desrealización pueden tener diferentes causas y son muy similares. A continuación, mencionamos las más frecuentes:

  • Enfermedades médicas como, por ejemplo, migrañas, cefalea, traumatismos craneoencefálicos, etc.
  • Consumo de sustancias (alucinógenos, cannabis, etc.) y la abstinencia del consumo de sustancias después de un periodo de consumo.
  • En algunos trastornos de sueño como, por ejemplo, personas que duermen poco.
  • En el transcurso de algunos trastornos de ansiedad como el ataque de pánico o el trastorno de estrés postraumático.
  • Haber sufrido un trauma. Como se ha mencionado, cuando vivimos un suceso traumático, ya sea físico o psicológico, nuestra mente genera unos mecanismos de defensa, en este caso la despersonalización, como método de protección. Lo que se pretende es “desconectarnos” de la realidad.

Burón, Jódar y Corominas (2004) también mencionan que pueden aparecer cuando estamos fatigados, cuando hemos estado mucho tiempo sin dormir, cuando tomamos algunos fármacos (como los antihistamínicos o los anestésicos), cuando consumimos tóxicos, cuando estamos viviendo una situación que pone en peligro nuestra vida, etc.

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¿Existe tratamiento para la despersonalización?

La despersonalización generalmente ocurre en respuesta a la ansiedad. Se manifiesta como un mecanismo de defensa que el cuerpo genera para protegerse en momentos de estrés o trauma. Por lo tanto, es razonable esperar que si la ansiedad disminuye, los síntomas de la despersonalización también deberían disminuir. Si la ansiedad desaparece y ya no percibimos la existencia de un trauma, no necesitaremos este mecanismo de defensa y, como resultado, los síntomas de la despersonalización deberían desaparecer.

En ciertos casos, el trastorno de despersonalización puede manifestarse por sí solo, es decir, puede ocurrir el Trastorno de despersonalización/desrealización sin ser causado por ansiedad, depresión u otros eventos estresantes o psicopatologías. En estas situaciones, la intervención se centra en ayudar a la persona a superar el miedo constante de “volverse loco”. El enfoque principal en este caso es explicar los mecanismos de la despersonalización y enseñar técnicas de relajación. Aunque la despersonalización no sea causada por la ansiedad, los síntomas de la despersonalización pueden generar ansiedad, lo que puede ser muy perjudicial y puede interferir con la vida cotidiana de las personas que sufren de este trastorno.

En numerosas ocasiones, las personas pueden comenzar a experimentar ansiedad por el simple pensamiento de que la despersonalización pueda aparecer. Tienen miedo de “volverse locos” y de experimentar los síntomas de la despersonalización. Este miedo genera ansiedad y, como hemos mencionado anteriormente, la ansiedad puede precipitar la aparición de los síntomas de la despersonalización. Por lo tanto, es importante enseñar técnicas de relajación y también instruir sobre cómo controlar los síntomas una vez que han aparecido. Por ejemplo, una persona que está experimentando los síntomas de la despersonalización podría mirar sus manos, repetir su nombre varias veces, entre otras acciones, todo ello con el objetivo de reconectar con la realidad.

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