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El síndrome FOMO (fear of missing out) o el miedo a perderse algo

Quizás en los últimos tiempos has escuchado hablar del FOMO, un acrónimo que se ha popularizado en los últimos años y que probablemente haya llamado tu atención. El término FOMO viene de “Fear Of Missing Out”, una frase en inglés que, traducida al español, significa “miedo a perderse algo” o “miedo a estar ausente”.

Es un término que se ha vuelto cada vez más relevante en nuestras conversaciones y reflexiones diarias, especialmente en un mundo cada vez más digitalizado y conectado. Muchas personas lo relacionan con el uso de las redes sociales o incluso con las adicciones a las nuevas tecnologías, lo que ha llevado a un aumento en el interés y la discusión sobre este fenómeno.

Sin embargo, a pesar de su creciente notoriedad, hay cierta confusión y desconocimiento sobre la definición exacta de FOMO, su origen, las implicaciones que conlleva y cómo se relaciona con la tecnología y las redes sociales. Como no está muy claro de dónde surge este término, qué quiere decir exactamente, qué implica o si está relacionado o no con las redes sociales o las nuevas tecnologías, en este artículo, vamos a desglosar y analizar en profundidad todos estos aspectos.

Qué es el FOMO

El FOMO, o “Fear of Missing Out”, es un fenómeno psicológico que se refiere a la angustia o ansiedad que sentimos cuando pensamos o vemos que otras personas están viviendo experiencias emocionantes o significativas en las que no estamos presentes o no participamos. Este fenómeno, amplificado por la era digital y las redes sociales, puede generar sentimientos de insatisfacción, una comparación constante con la vida de los demás y una búsqueda incesante de experiencias nuevas y emocionantes.

Significado de FOMO

Aunque el término FOMO es relativamente reciente y no existe una traducción directa en español, su significado y las implicaciones que conlleva son universalmente entendibles. Es un reflejo de nuestra era hiperconectada, donde la vida de los demás se presenta de manera constante y a menudo idealizada en nuestras pantallas, lo que a veces puede llevar a una sensación de insatisfacción con nuestras propias vidas.

Para entenderlo mejor, podemos recurrir a diccionarios de habla inglesa. El diccionario de Cambridge (2024) lo define como “a worried feeling that you may miss exciting events that other people are going to, especially caused by thing you see on social media”. En español, esto se traduciría como: “un sentimiento de preocupación por perderse eventos interesantes a los que asistirán otras personas, esta preocupación es causada especialmente por cosas que vemos en las redes sociales”.

Así, el FOMO es una manifestación de nuestro deseo de estar constantemente conectados y de participar en todas las experiencias posibles, algo que la era digital ha hecho tanto posible como agotador.

Pongamos un ejemplo para analizar el FOMO

María está en casa pasando el tiempo en redes sociales. Es importante tener en cuenta que su trabajo no le ha permitido irse de vacaciones porque tiene la entrega de un proyecto importante y que tiene dificultades económicas. Empieza a ver en redes las publicaciones de sus amigos y se da cuenta de que se lo están pasando muy bien en el Caribe.

A medida que María ve las fotos y los vídeos en las historias empieza a sentirse cada vez más ansiosa. En cierto modo, le genera malestar ver que sus amigos se lo están pasando bien, conociendo nuevos lugares y creando recuerdos todos juntos.

María siente que se está perdiendo algo al no estar en ese viaje con ellos. Sus pensamientos giran constantemente en torno a la idea de que el trabajo y quedarse en casa han hecho que no pueda vivir esa experiencia y ser parte de los recuerdos que generan sus amigos.

Debemos tener en cuenta que María tiene razones válidas para quedarse en casa (el trabajo y su situación financiera). A pesar de ello, el FOMO empieza a afectar a su estado emocional: siente ansiedad, arrepentimiento y tristeza por no ser parte del momento que están viviendo sus amigos.

En el ejemplo anterior podemos ver como el FOMO se manifiesta después de que María se haya comparado con sus amigos, generando esto emociones negativas y sensación de no pertenecer al grupo.

Aquí es importante tener en cuenta que María no podía ir al viaje y que las redes sociales nos muestran solo una parte de la vida de las personas. Es decir, lo que la gente comparte en redes sociales no siempre refleja la realidad completa de esa persona. Por lo general, compartimos lo que es socialmente deseable y omitimos aquellas cosas que podrían no gustar a los demás. Por ejemplo, comparto lo bien que me lo paso en el viaje, pero no comparto que me han perdido la maleta o que he perdido el autobús.

Historia y evolución del término FOMO

El FOMO, o el ‘miedo a perderse algo’, es un término bastante reciente, que ha ganado popularidad en gran medida durante el siglo XXI con la expansión de las redes sociales y, en general, de las nuevas tecnologías. Este término emergió para nombrar ese sentimiento de ansiedad que surge cuando observamos las actividades que realizan otras personas y experimentamos una sensación de temor o ansiedad por no poder participar en ellas.

Por lo tanto, se puede decir que el FOMO está compuesto por dos factores críticos:

  1. La observación de las actividades que llevan a cabo otras personas.
  2. El temor a no estar presente o no poder participar en ellas.

Respecto a la génesis del término, fue mencionado por primera vez por Daniel Herman en el año 1996. Luego, en el 2004, Patrick McGinnis escribió un artículo sobre ello (Lamba, 2021). En este artículo, McGinnis relató la ansiedad que sentía al no estar incluido en los planes que sus amigos hacían y cómo la ausencia de su presencia le generó un miedo a perderse algo si no asistía a esos planes.

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Es importante destacar que en sus inicios, el FOMO no estaba relacionado directamente con las redes sociales. Sin embargo, con el paso del tiempo, se empezó a asociar con ellas, dando lugar a numerosas investigaciones. De hecho, varios autores, como O’Connell (2020), sostienen que el FOMO se intensifica con el uso de las redes sociales debido a que fomenta una mayor comparación social.

En última instancia, las redes sociales nos permiten observar los planes que hacen los demás (incluso planes que nosotros mismos hemos hecho en el pasado) y compararnos con ellos, lo que genera esa sensación de ansiedad. En otras palabras, podríamos afirmar que las redes sociales nos brindan una “accesibilidad” para el FOMO, o incluso lo facilitan de alguna manera.

Además, también se ha comprobado que cuanto mayor es el uso de las redes sociales, mayor es el FOMO y que a mayor FOMO, mayor es el uso de las redes sociales. Esta es la razón por la que muchos autores sostienen que el FOMO puede llevar a un ciclo vicioso, en el que se retroalimenta a sí mismo.

Factores que contribuyen al desarrollo del FOMO

Según diversos investigadores, se ha encontrado que el FOMO, o el temor a perderse de algo, se genera a raíz de la necesidad de pertenencia y aceptación que poseemos los seres humanos. Esta es una característica inherente a nuestra especie, ya que desde tiempos antiguos, mantenernos en grupo y ser aceptados por este ha sido vital para nuestra supervivencia y bienestar. En la actualidad, aunque las circunstancias han cambiado, esta necesidad sigue presente y se manifiesta en diferentes formas. Una de estas manifestaciones es el FOMO. Además, el hecho de estar constantemente expuestos, a través de las redes sociales, a la vida (aparentemente) emocionante, llena de actividades y experiencias enriquecedoras de las demás personas, puede hacer que nuestra propia vida, con su rutina y momentos de tranquilidad, no nos parezca lo suficientemente emocionante o interesante. Esto puede generar un sentimiento de insatisfacción y la constante búsqueda de más experiencias, aunque no necesariamente sean necesarias o significativas para nosotros.

Causas más comunes del FOMO

  • Necesidad de pertenencia: es decir, la necesidad de ser aceptado por la sociedad.
  • Comparación constante con los demás: como hemos dicho, las redes sociales facilitan la comparación constante de nuestras vidas con las de los demás.
  • Gratificación inmediata e impulsividad: solemos tener la urgencia de participar en todo y si no lo hacemos nos puede generar ansiedad por no querer perdernos ninguna oportunidad.
  • Miedo a la exclusión: el pensar que no nos van a incluir en algún plan si rechazamos algo nos puede generar miedo y ansiedad y, por lo tanto, la urgencia y necesidad de participar en todo lo que nos proponen.
  • Presión social: el ver cómo es la vida de los demás nos puede llevar a la sensación de que nos estamos perdiendo alguna oportunidad crucial si no hacemos lo que se supone que tenemos que hacer.

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